Antes de iniciar la construcción de un buque, era necesario elegir el terreno adecuado donde instalar los materiales de construcción. Este lugar era el astillero propiamente dicho, mientras que con el término "escora y picaderos" se designaban los elementos de carpintería necesarios para sostener la quilla y, a medida que avanzaba la construcción, todo el volumen del buque. Por extensión, el término "astillero" pasó a designar el conjunto de instalaciones necesarias para cualquier construcción, y no solamente para la construcción naval.
El astillero
El terreno elegido para la instalación debía estar cerca del agua y ser suficientemente compacto y sólido para sostener el peso de toda la construcción. Si se sospechaba que la superficie podía ceder , se excavaba una fosa de entre 10 y 13 metros de ancho; su longitud debía ser un 15% superior a la del buque que se iba a construir. En el fondo de la fosa, se colocaban transversalmente, uno al lado del otro, troncos de roble. Encima de estos se situaban, en perpendicular, unas planchas, que formaban una base sólida donde se apoyaban los soportes necesarios para el astillero. A continuación, se disponían los picaderos, pilas de madera dispuestas de manera que seguían con precisión el perfil de la quilla (ver Imagen 10). Si se estimaba que el terreno elegido era suficiente sólido, se colocaban directamente las escoras (puntales para soportar las cuadernas en su posición) niveladas para obtener la inclinación necesaria en la botadura y para que también facilitara el trabajo de los artesanos.
El lugar de construcción se orientaba preferiblemente de norte a sur, para que los rayos del sol iluminaran todos los flancos del buque. Se adoptaba este método para evitar que la madera utilizada en la construcción se secara de manera desigual, provocando deformaciones en la estructura y, consecuentemente, asimetrías en los bordes del casco, la denominada torsión, que sin duda perjudicaría el éxito de la construcción.
También había astilleros hechos de albañilería (ver Imagen 11), más resistentes a las inclemencias, pero con un coste de construcción más elevado.
IMAGEN 10
La grada
Los terrenos de los astilleros presentaban una rampa con inclinación de aproximadamente cinco grados, indispensables para la botadura.
Era necesario definir la quilla según el ángulo deseado y, para facilitar el trabajo de los carpinteros navales, era imprescindible colocarla a una determinada altura, en relación con el fondo de la estructura. La inclinación necesaria se obtenía con los picaderos que, en su conjunto, componían la grada.
Los picaderos se formaban con pilas de madera dispuestas en escalones. La longitud de las cuñas variaba según la altura de estas pilas de madera; las cuñas superiores, en contacto con la quilla, medían entre 100 y 130 centímetros y se modelaban para permitir variaciones en la altura, en función del área de contacto. Los travesaños de la base de los picaderos se apoyaban unos en otros y se mantenían juntos mediante una especie de "grapas" metálicas de grandes dimensiones, o con una serie de travesaños dispuestos en V, invertidos y reforzados con barras verticales. Estos elementos de fijación y refuerzo eran designados como "celosías".
La altura de los picaderos se calculaba de manera que garantizara que la quilla tuviese una inclinación de cinco grados y fuera colocada aproximadamente a 60 centímetros del fondo de la fosa o de la base del terreno.
En el caso de una grada de albañilería, se efectuaba la inclinación después, en la fase de su construcción, determinando la altura de la fosa, a fin de conceder la comodidad necesaria para el trabajo de los carpinteros navales. La primera operación para la implementación del astillero consistía en la colocación de los picaderos destinados a apoyar la popa (estructura puesta en la parte trasera de la quilla); a continuación, se disponían los demás picaderos a una distancia de entre 190 y 230 centímetros. Por último, la parte situada debajo del extremo de la proa de la quilla estaba formada por una pila de planchas de madera cuadrangulares dispuestas en capas cruzadas.
IMAGEN 11
La grada
Los terrenos de los astilleros presentaban una rampa con inclinación de aproximadamente cinco grados, indispensables para la botadura.
Era necesario definir la quilla según el ángulo deseado y, para facilitar el trabajo de los carpinteros navales, era imprescindible colocarla a una determinada altura, en relación con el fondo de la estructura. La inclinación necesaria se obtenía con los picaderos que, en su conjunto, componían la grada.
Los picaderos se formaban con pilas de madera dispuestas en escalones. La longitud de las cuñas variaba según la altura de estas pilas de madera; las cuñas superiores, en contacto con la quilla, medían entre 100 y 130 centímetros y se modelaban para permitir variaciones en la altura, en función del área de contacto. Los travesaños de la base de los picaderos se apoyaban unos en otros y se mantenían juntos mediante una especie de "grapas" metálicas de grandes dimensiones, o con una serie de travesaños dispuestos en V, invertidos y reforzados con barras verticales. Estos elementos de fijación y refuerzo eran designados como "celosías".
La altura de los picaderos se calculaba de manera que garantizara que la quilla tuviese una inclinación de cinco grados y fuera colocada aproximadamente a 60 centímetros del fondo de la fosa o de la base del terreno.
En el caso de una grada de albañilería, se efectuaba la inclinación después, en la fase de su construcción, determinando la altura de la fosa, a fin de conceder la comodidad necesaria para el trabajo de los carpinteros navales. La primera operación para la implementación del astillero consistía en la colocación de los picaderos destinados a apoyar la popa (estructura puesta en la parte trasera de la quilla); a continuación, se disponían los demás picaderos a una distancia de entre 190 y 230 centímetros. Por último, la parte situada debajo del extremo de la proa de la quilla estaba formada por una pila de planchas de madera cuadrangulares dispuestas en capas cruzadas.
IMAGEN 11